sábado, 10 de diciembre de 2011

Sentimientos

Siento miedo, desesperación, dolor....ignoraba los sentimientos que producías en mi mente y en mi corazón. Pensaba que era inmune...después de tantos años imaginé que no volverían, pensé que me había olvidado al fin...Pero veo que siempre será imposible deshacerme de tu sonrisa, de tus besos, de tu piel...Por eso siento miedo de volver a estar junto a ti, de que te marches porque ahora se que no podré olvidarme de ti y eso me hace daño al igual que la desesperación que siento al  necesitar estar contigo y saber que nunca podré estarlo, porque tu corazón siempre estará lejos de mi; cuando, el mio, sin embargo, siempre estará contigo.

domingo, 24 de julio de 2011

Morir por amor

Tus ojos me miran, como lo hacen cada noche. La luz se apaga y solo tus ojos siguen ahí observandome, parece que me vigilan, que velan por mi cada noche, que me desean dulces sueños y que dicen : "no te preocupes, estoy aquí".Y si, estás, en cada uno de mis sueños apareces tu...y tus ojos, ellos siempre aparecen, pero no me protejen, me torturan poco a poco y las lagrimas que emergen de ellos tan despacio como me torturan hacen que el mundo se derrumbe, que no pueda respirar y que esas lagrimas se junten con las mias..y caigan al unisono haciendo que cada goteo agudice mas esa tortura.Y no es culpa lo que siento, pues no me arrepiento, pero el sufriento es grande por no haber decidido irme contigo, por eso ahora te digo que me esperes, que en unos minutos estare junto a ti, cuando mi sangre corra la tinta de mis palabras, y paren por fin los latidos de mi coranzo. Asi podré decir ya; "yo morí por amor".

jueves, 5 de mayo de 2011

La mirada

Cuando Federico levantó la mirada de su libro no pensó que se encontraría con ese par de ojos inquisitivos, unos ojos oscuros, muy oscuros, casi inmóviles, unicamente se movían para juntar sus pestañas, largas y rubias.
Sus dedos, entrelazados, dejaron su labor y se deslizaron suavemente hasta rozar los de Federico, que estaban fríos. Él no podiaa apartar la vista de aquellos ojos que, de repente, se movieron y se dirijienron hasta su oído, donde unos labios le susurraron palabras hermosas, palabras que llegaron al corazón de Federico, y así en su rostro se dibujó una sonrisa, que fue borrada por un beso, un beso también hermoso.